No todos cumplimos nuestros sueños

He vuelto. Sé que me extrañaron. Tenía la mente bloqueada y no sabía de qué escribir. A casi un mes despuésde mi ultima entrada me llegó la iluminación para redactar. El sábado pasado estuve por la calle Loíza cuando la idea me pegó con aquella puntería como mierda de pájaro. El día tenía una sonrisa soleada y de repente le llegaron las nubes para aguarle su tarde. Las aceras eran muy estrechas y los techos muy cortos, esto causó que la ropa que tenía puesta pareciera haber salido de la lavadora. Este pensamiento constante va dedicado a los sueños incumplidos. Aquellos sueños que deseaste cuando soplaste la vela en tu cumpleaños y esperaste a que se cumpliera. Me puse a pensar el por qué muchas personas no siguen sus sueños. ¿Será por las circunstancias de la vida? ¿Será que es tan difícil ser ese astronauta que tanto deseabas al tener 5 años? ¿Será que nuestros sueños cambian? ¿Será por qué el sistema nos quita la diminuta esperanza que nos queda? Ya no queremos conquistar el mundo, pero nos conformamos con un trabajo de oficina mediocre. Lo único que mantiene reviviendo a zombis es aquel sueño inocente. Nos volvemos tan mecánicos a la monotonía y nos olvidamos de nuestro propósito aquí. Nosotros nos enfocamos en las responsabilidades heredadas sin quererlas de la sociedad. De que tenemos que pagar la electricidad, el agua, la gasolina, la comida, la renta, la educación y servicios médicos. Pasan los años y nuestros sueños se vuelven más materialista: comprar una casa, un carro, el iPhone X. En vez de sembrar memorias, cosechar experiencias y saborear el fruto de la sabiduría. Somos víctimas de la enseñanza, que algunos sueños no valen la pena de perseguir. Son tantos los años que estaremos aquí. ¿Notaste mi sarcasmo? Las palabras se las lleva el viento hasta que perfilan tu piel como cuchillo porque una persona que quieres fue quien lo dijo. No importa quien lo diga, persigue tus sueños como un puma persigue su presa. Si esperas demasiado te convertirás en la presa de la vida. Las oportunidades raramente aparecen dos veces. Así que, ¿Qué estás esperando? No esperes al ser parte de la edad de oro sin lograr lo que deseabas. Ya que, al ponernos más viejos, nos cansamos más rápidos al perseguir nuestros sueños y no alcanzarlos. 

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